El agua
Contiene sustancias sólidas en disolución, siendo las más abundantes el sodio y el cloro que, en su forma sólida, se combina para formar el cloruro de sodio o sal común y, junto con el magnesio, el calcio y el potasio, constituyen cerca del 90 % de los elementos disueltos en el agua de mar. Además hay otros elementos pero en cantidades mínimas.
Salinidad del agua
La salinidad depende de la cantidad de sales que contiene. Aproximadamente una media del 3,5 % del volumen del agua, corresponde a sustancias en disolución. Si hay mucha evaporación, desaparece una mayor cantidad de agua, quedando las sustancias disueltas, por lo que aumenta la salinidad.
Ésta es escasa en las regiones polares, en especial en el verano cuando el hielo se diluye en el agua. En mares como el Báltico, también hay poca salinidad.
Cabe destacar que en su gran extensión, el océano presenta todos y cada uno de los elementos químicos naturales existentes, bien sea por escorrentía de estos en los continentes o reservas existentes en él.
La mayor parte del agua en la Tierra, el 94%, se encuentra en los océanos, de la que se evapora una mayor cantidad de agua pura que aquella que retorna en forma de precipitaciones. El volumen de agua de los océanos permanece inalterable ya que estos reciben agua a través de los ríos.
También el agua de los océanos es salada por la erupción de volcanes submarinos. La roca volcánica aporta sales.
Composición
En el agua, disueltos, existen prácticamente todos los elementos, en una cantidad ínfima, pero que al tener un volumen tan colosal los océanos, constituyen unas reservas de materias primas inagotables, aunque, a excepción del cloruro sódico, la sal común, ofrece poca rentabilidad su extracción.
Esos elementos, en orden decreciente, son los siguientes (entre paréntesis el contenido en gramos por litro): 1º Cloro (19); 2º Sodio (10,5); 3º Magnesio (1,35); 4º Azufre (0,885); 5º Calcio (0,400); 6º Potasio (0,380); 7º Bromo (0,065); ... 39º Plata (0,000 000 3); ... 57º Oro (0,000 000 004).
Color del agua
Una forma de pensar común es que el agua de los oceános es azul debido principalmente a la reflexión del color azul del cielo. En realidad el agua posee por si misma un ligero color azul cuando se almacena en grandes cantidades. La reflexión del cielo contribuye a que el agua se vea azul pero no es la principal razón. El origen se debe a la absorción por las moléculas de agua de los fotones «rojos» provenientes de la luz incidente, siendo uno de los pocos casos en la naturaleza producidos por la vibración y la dinámica electrónica.