Contaminación acústica

 

UN PROBLEMA DEPREOCUPACIÓN MUNDIAL

 

Esta información ha sido extraída del informe de Naciones Unidas sobre contaminación acústica en los océanos.

 

Durante las últimas décadas, el ruido submarino generado por las actividades humanas ha incrementado considerablemente, amenazando la vida marina y sus ecosistemas. Los océanos son ambientes acústicos y muchas especies marinas utilizan el sonido para interactuar con otras especies u otros individuos de su misma especie, reproducirse, alimentarse y orientarse. Por lo tanto, la contaminación acústica marina de alta intensidad puede alterar estas delicadas relaciones, e incluso en algunos casos, los niveles de ruido son tan altos que pueden ocasionar graves heridas en algunas especies marinas.

El intenso ruido submarino es producido por fuentes comerciales, militares, científicas y de ocio, como tráfico marino, exploraciones petrolíferas, y sonares de baja frecuencia, competiciones de formula1. Los estudios científicos disponibles actualmente indican que la energía generada por éste tipo de tecnologías y actividades puede generar impactos negativos en mamíferos marinos, peces y otras formas de vida marina. Los efectos más dramáticos son los varamientos masivos de ballenas y delfines asociados al uso de sonares activos con fines militares, los fusiles de aire comprimido para exploraciones petroleras y las carreras de alta velocidad. La magnitud de este problema continua siendo desconocido ya que no todos los animales heridos varan en la costa; algunos mueren en el océano sin que sus cuerpos pueden ser registrados y analizados Afloran estudios científicos que revelan los efectos dañinos de la contaminación marina (incluso de ruidos moderados), en la audición de diversas especies de peces y agregan que mientras aumenta el ruido del fondo del mar, la audición de los peces disminuye (Myrberg,A.A. 1980. Fish bio-acoustics: its relevance to the "not so silent world". Environ. Biol. Fish. 5:297-304).

Los intensos niveles de ruido (superiores a 180 decibeles-dB) destruyen las células ciliadas de la mácula (receptores mecánicos localizados en el oído interno), ocasionando la pérdida de la audición. La exposición a ruidos intensos puede alterar el nivel de crecimiento, la acumulación de grasa y reducir los índices reproductivos de arenques. (Meier and Horseman1977).La exposición de peces a intensidades de sonido superiores (entre 40-50dB) a los encontrados en su ambiente natural genera severos problemas, como la significativa disminución de la viabilidad de los huevos y la reducción de la tasa de crecimiento. (Banner y Hyatt, 1973).